Cuando vio la luz en Cuba, en el lejano 1983, la primera tirada del libro Amoroso planeta, de Daína Chaviano, se vendió, nunca mejor utilizada la expresión popular, «como pan caliente». Muchos años después, y en esta oportunidad con el lector juvenil en la mira, la editorial Norma ha rescatado estos cuentos de ciencia ficción y los ha publicado en Colombia dentro de su colección “Libros fuera de serie”. La esmerada edición, con ilustraciones de Cristhian Contreras y diseño gráfico de Alejandra Sierra, sorprende gratamente por su belleza y elegancia. En cuanto a las narraciones, sin duda han vencido la prueba del tiempo, pues, aunque fueron escritas por su autora entre los quince y los diecinueve años, no han perdido ni una pizca de su originalidad y de su vuelo literario. Algunos de los relatos que conforman esta obra —como «Níobe» y «La anunciación»— han sido incluidos, y continúan incluyéndose, en importantes antologías dedicadas a la ciencia ficción.
Nacida en La Habana y radicada en Estados Unidos desde 1991, Daína Chaviano es una destacada figura de las letras iberoamericanas, autora de libros como Fábulas de una abuela extraterrestre, El abrevadero de los dinosaurios, El hombre, la hembra y el hambre y Los hijos de la Diosa Huracán, entre otros muchos, y ganadora de importantes premios literarios en España, Alemania, México, Estados Unidos y Cuba.
Cuatrogatos conversó con la autora para conocer más detalles sobre el rescate editorial de su Amoroso planeta.
¿Cuál es la historia de Amoroso planeta? ¿Cuándo, cómo y por qué se escribieron estos relatos?
Después que fuera premiado y publicado mi primer libro, Los mundos que amo (1980), comencé a pensar en el siguiente. Sabía que quería seguir escribiendo ciencia ficción, pero también deseaba hacer algo nuevo. Como siempre he amado la fantasía, me pregunté si podría unir esos dos géneros literarios. Pero ¿cómo vincular el elemento científico, propio de la ciencia ficción, con lo fantástico, que se alimenta de mitos y de hadas? Así nació Amoroso planeta, que mezcla esos dos universos literarios contradictorios.
Ya tenía algunos relatos de ese tipo —como “Xadia y Num”, escrito cuando tenía quince años, que incluí en el libro—, pero nunca me había propuesto la hibridación de géneros como un ejercicio consciente y deliberado, como hice mientras escribía el resto de los textos que aparecen en el libro.
Cuando Amoroso planeta vio la luz, los puristas cubanos pusieron el grito en el cielo. Haber abordado el tema del amor como eje de un libro de ciencia ficción, desde un punto de vista femenino, se consideró una especie de herejía. Eso ocurrió a principios de los años 1980. Hace poco, uno de esos críticos escribió una disculpa en el prólogo de una antología dedicada a la ciencia ficción femenina, reconociendo ahora que aquellos relatos marcaron una pauta dentro de la ciencia ficción cubana.
¿Hay alguno de ellos que prefieras?
Me sigue gustando “La dama del ciervo”, uno de mis primeros experimentos para incorporar la mitología a la ciencia ficción, y también el cuento que da título al libro, porque rompe con ciertos parámetros del género y da pie a múltiples lecturas debido a su simbolismo. Otros dos que debo mencionar son “La culpa es del robot” y “La anunciación”, porque me permitieron ensayar matices como el humor y la relectura de mitos. Hasta hoy, “La anunciación” sigue siendo mi cuento más estudiado en los cursos universitarios de Estados Unidos.
Amor, fantasía y ciencia ficción. ¿Qué puede esperarse de esa fórmula literaria?
Es un modo distinto de abordar el tema del amor. Los personajes que lo padecen no son solamente seres humanos, sino también criaturas mitológicas o alienígenas. Se trata de que el lector examine ese sentimiento desde diferentes puntos de vista, de crear empatía hacia lo ajeno, lo foráneo, lo extraño; de hacerle entender que bajo el disfraz de las apariencias muchas veces subyacen criaturas que sienten como nosotros.
¿Qué te animó a darle una segunda oportunidad a esta colección de cuentos que no se había vuelto editar desde inicios de los años 1980?
De todos los libros que publiqué en Cuba, este era el único que no se había reeditado afuera, aunque no por falta de oportunidades. Varias editoriales me preguntaron si tenía textos para jóvenes o adolescentes, pero yo siempre desechaba la idea de entregar este libro. Por alguna razón, no me apetecía. Con el tiempo, y después de oír la opinión de algunos lectores y amigos, me di cuenta de que quizás merecía la pena darle nueva vida para un público que no lo conocía.
¿Qué reacciones le gustaría que despertaran estos cuentos en los jóvenes lectores de hoy?
Me gustaría que aprendieran a valorar al otro, a entender que los sentimientos son comunes para todos nuestros semejantes, no importa cuán raros o ajenos nos parezcan. Mi intención es que puedan sacar interpretaciones que los enriquezcan. Ojalá encuentren sus claves simbólicas y sus significados ocultos. Creo que eso les ayudará a ver el mundo desde otra perspectiva.
¿Quedaste satisfecha con las ilustraciones y con la edición realizada por Norma?
Más que satisfecha, me siento muy feliz. Desde la editora Jael Stella Gómez, pasando por el ilustrador Cristhian Contreras y por la extraordinaria labor de la diseñadora Alejandra Sierra, el trabajo de todo el equipo consiguió un libro hermosísimo. Nos reunimos incluso por Skype para intercambiar puntos de vista. Me encanta el resultado final. Ojalá la experiencia se repita.
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Miami Blog. Blog oficial de la Fundación Cuatrogatos, una organización sin fines de lucro, con sede en Estados Unidos, que trabaja a favor de la cultura, la literatura y la educación en todo el ámbito hispanoamericano, con énfasis en los niños y jóvenes.